
En lo más profundo de la Sierra Tarahumara, allá donde el silencio parece guardar secretos milenarios, se alistan tambores, pinceles y cucharillas de arqueología, la historia despierta entre los abrigos rocosos de Las 40 Casas, y con ella el espíritu del Festival Sol de Acantilados, que este 2025 celebra su octava edición del 17 al 20 de abril, en el municipio de Madera, Chihuahua.
Este encuentro cultural, impulsado por el Centro INAH Chihuahua en colaboración con el Gobierno Municipal de Madera, no es un simple evento turístico: Es un diálogo entre el presente y el pasado, un puente vivo entre la memoria ancestral y las nuevas generaciones que llegan a reencontrarse con sus raíces.
Las 40 Casas, declaradas Zona de Monumentos Arqueológicos en 2002, no son simples estructuras prehispánicas, son testigos pétreos del paso del tiempo, refugios construidos por la Cultura Casas en Acantilado entre los años 1100 y 1400, que hoy susurran historias a quienes se atreven a escuchar.
Nombradas así por Alvar Núñez Cabeza de Vaca, estas cuevas no contienen un número exacto de viviendas, sino una promesa de descubrimiento, y durante cuatro días se convierten en el epicentro de un festival donde la arqueología deja de ser ciencia lejana y se convierte en experiencia sensorial.