El primer ministro de China, Li Qiang, lanzó una fuerte advertencia ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: “Si vuelve la era de la ley de la selva y los débiles son presa de los fuertes, la humanidad se enfrentará a más derramamiento de sangre”.

En representación del presidente Xi Jinping, el funcionario subrayó que la paz y el desarrollo son la aspiración más compartida entre las naciones y llamó a la comunidad internacional a frenar el “bullying” entre países en lugar de ceder por miedo a los poderosos.

La Nueva etapa del mundo según China
Li destacó que el mundo ha entrado en una nueva etapa marcada por el resurgimiento del unilateralismo y la mentalidad de la guerra fría, lo que coloca a la humanidad en “una nueva encrucijada”. Según dijo, solo cuando todas las naciones sean tratadas como iguales y se practique un verdadero multilateralismo podrán protegerse mejor los derechos e intereses de todos.

El primer ministro reiteró que China ha buscado promover el diálogo y soluciones políticas en conflictos internacionales como la guerra en Ucrania y el enfrentamiento palestino-israelí, y aseguró que el país seguirá jugando un papel “constructivo” en ambos escenarios.

También insistió en la necesidad de respetar las preocupaciones legítimas de seguridad de cada nación, argumento que Pekín ha utilizado en reiteradas ocasiones para justificar su negativa a presionar a Moscú en el conflicto ucraniano.

China como referentes de la paz
Durante su intervención, Li aseguró que “China será siempre defensora de la paz y la seguridad mundiales”, al tiempo que promoverá el desarrollo global común y participará de manera responsable en el abordaje de los retos internacionales.

En materia económica, lamentó el auge del proteccionismo e instó a reforzar la colaboración para expandir intereses compartidos y avanzar juntos en la globalización.

Sin mencionar directamente la guerra comercial y tecnológica con Estados Unidos, Li recordó que China impulsa una iniciativa global para regular la inteligencia artificial y garantizar que el progreso tecnológico represente beneficios para la humanidad.

Además, reiteró el compromiso del país con el medio ambiente e hizo un llamado a implementar de forma efectiva el Acuerdo de París y a avanzar en la economía verde: “Debemos responder con esfuerzos para proteger nuestro hogar”, afirmó.

Como cierre, el primer ministro entregó a Naciones Unidas un regalo simbólico: muestras de la cara oculta de la Luna recolectadas por la sonda no tripulada Chang’e 6, con la que China se convirtió en el primer país en lograr un alunizaje en esa zona.