Venta de ropa de segunda mano es el sustento de cientos de juarenses

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Cientos de juarenses han visto como un buen negocio la venta de ropa de segunda mano, ya sea en mercados populares, afuera de su casa o incluso frente al Centro de Reinserción Social No. 3, donde las personas ofrecen su producto a precios más bajos que en tiendas.

Cristina Arellano, quien se dedica a la venta de esta mercancía desde hace cerca de siete años, señaló que es un trabajo que parece sencillo, sin embargo, tiene su grado de dificultad.

“Pues lo más pesado es estar cargando y descargando la ropa. Como yo que vendo aquí afuera de mi casa, estar metiendo y sacando, y a veces estar filtrando la que ya no se vendió o bajando los precios, porque muchas personas regatean”, comentó.

Las prendas se adquieren en ‘pacas’ compradas en Estados Unidos, cuyos precios varían desde los 100, 300 y hasta los mil dólares (es decir, de 2 mil a 20 mil pesos) dependiendo de lo que se busque, pues algunas pacas traen solo ropa de marcas reconocidas, aunque en ocasiones las prendas no son útiles.

“Pues yo compro de 100 o 120 dólares, depende, pero tengo que revisar que venga buena, porque muchas veces viene rota, manchada y, por decir algo, de 100 camisas solo sirven unas 30 o 35”, explicó Cristina.

También mencionó que, además del gasto en la compra, se invierte en lavar, secar y, en ocasiones, planchar la ropa para que tenga buena presentación.

“Yo en una lavadora grande me gasto mis 10 dólares (aproximadamente 200 pesos), aparte la secadora, el jabón, el pinol, el suavitel… entonces pues sí se gasta bastante”, dijo.

Además, el traslado de la ropa desde Estados Unidos no está permitido, por lo que cobran entre 60 y 70 dólares (cerca de 1,400 pesos) para pasarla, ya que se corre el riesgo de que la decomisen en los puntos de revisión.Arellano indicó que, como en todo, hay temporadas buenas y malas, y lo importante es conocer los gustos de la gente y traer lo que está en temporada.

“Pues a veces me va bien y otras no. Por ejemplo, ahorita ya me adelanté y empecé a traer sudaderas; ya viene Halloween y los disfraces. Lo malo es que mucha gente quiere pagar muy poquito y regatea los precios, y a veces pues no sale. Lo importante es ser constante”, finalizó.