Seis datos sobre las joyas robadas en el Louvre

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La explanada principal del Museo de Louvre lució vacía este lunes, cuando suele estar abarrotada.
La explanada principal del Museo de Louvre lució vacía este lunes, cuando suele estar abarrotada.

El Museo de Louvre, ícono de la capital francesa, sufrió un espectacular robo este 19 de octubre en menos de 8 minutos; los ladrones sustrajeron un valioso lote de joyas de principios del siglo 19 que pertenecieron a importantes soberanas y emperatrices de Francia.

ASÍ SUCEDIÓ

– El robo al Museo de Louvre tuvo lugar este domingo a plena luz del día. Hacia las 9:30 horas, los ladrones estacionaron un montacargas bajo uno de los balcones del recinto. Dos de ellos subieron y con una sierra botaron una ventana y entraron en la Galería de Apolo.

El lote de joyas fue sustraído de la Galería de Apolo del Museo de Louvre, que aloja una colección de 800 piezas.
El lote de joyas fue sustraído de la Galería de Apolo del Museo de Louvre, que aloja una colección de 800 piezas.

– Este espacio, encargado por Luis 14 para exaltar su gloria como Rey Sol, alberga la colección de joyas «de la Corona», que cuenta con unas 800 piezas.

– Con los rostros cubiertos, robaron 9 de ellas, entre las que destacan la tiara y un pendiente del conjunto de la reina María Amelia y la reina Hortensia, de principios del siglo 19, y la corona de la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III.

Esta es la ventana vulnerada por los ladrones para acceder a la Galería de Apolo del Museo y robar las joyas.
Esta es la ventana vulnerada por los ladrones para acceder a la Galería de Apolo del Museo y robar las joyas.

JOYAS DE LA REALEZA

– Las piezas robadas atraviesan dos siglos de historia. La diadema de perlas de Eugenia fue realizada por el famoso joyero Alexandre-Gabriel Lemonnier poco después de la boda de la emperatriz de origen español con Napoleón III, en 1853, al igual que su corona, también robada pero abandonada por los ladrones durante su huida.

«Esta diadema es la que llevaba casi todos los días en la corte y la que aparece en sus retratos oficiales. Le tenía mucho cariño». Pierre Branda Historiador y director científico de la Fundación Napoleón

Diadema de perlas y corona de la emperatriz Eugenia, dos de las valiosas piezas robadas, en una imagen de archivo.
Diadema de perlas y corona de la emperatriz Eugenia, dos de las valiosas piezas robadas, en una imagen de archivo.

– El collar y los pendientes de zafiros fueron usados por la reina María Amelia (esposa de Luis Felipe I, rey de Francia de 1830 a 1848) y la reina Hortensia (madre de Napoleón III).

Conjunto que portaron la reina María Amelia y la reina Hortensia, compuesto por tiara, collar y pendientes.
Conjunto que portaron la reina María Amelia y la reina Hortensia, compuesto por tiara, collar y pendientes.

– Según Vincent Meylan, historiador especializado en joyería, la reina Hortensia heredó este conjunto de su madre, la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón I. Algunos especialistas afirman también que podría proceder de la reina María Antonieta.

– «Realmente forma parte de la historia de Francia», insiste Meylan.

– El collar y los pendientes de esmeraldas fueron un regalo de boda de Napoleón I a su segunda esposa, la emperatriz María Luisa, realizados por su joyero oficial, François-Régnault Nitot.

El collar y los pendientes de esmeraldas fueron un regalo de boda de Napoleón I a su segunda esposa, la emperatriz María Luisa.
El collar y los pendientes de esmeraldas fueron un regalo de boda de Napoleón I a su segunda esposa, la emperatriz María Luisa.

PIEZAS ÚNICAS

– Además de por sus prestigiosas dueñas, estas joyas tenían todo el derecho a estar en el museo, ya que son «obras artísticas excepcionales», opina Didier Rykner, director de la página web La Tribune de l’Art.

– Realizadas por los grandes joyeros de la época, como Nitot, Lemonnier o Paul-Alfred Bapst, estas joyas combinan diamantes, perlas y piedras preciosas para crear composiciones espectaculares.

La corona de la emperatriz Eugenia fue encontrada afuera del museo; la Policía cree que los ladrones la perdieron durante la huida.
La corona de la emperatriz Eugenia fue encontrada afuera del museo; la Policía cree que los ladrones la perdieron durante la huida.

– El broche conocido como «relicario» de la emperatriz Eugenia, montado en 1855 por Bapst, se compone de 94 diamantes, entre los que destaca una roseta de siete diamantes alrededor de un solitario central, con dos diamantes en forma de corazón legados por el cardenal Mazarin a Luis 14.

Broche que perteneció a la emperatriz Eugenia, diseñado por Paul-Alfred Bapst.
Broche que perteneció a la emperatriz Eugenia, diseñado por Paul-Alfred Bapst.

– La tiara que también perteneció a la emperatriz de origen español cuenta con casi 2 mil diamantes y más de 200 perlas.

 Tiara de perlas de la emperatriz Eugenia.
Tiara de perlas de la emperatriz Eugenia.

– El collar de zafiros está compuesto por 8 piedras preciosas de color azul noche y 631 diamantes.

La reina Hortensia heredó este collar de zafiros de su madre, la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón I.
La reina Hortensia heredó este collar de zafiros de su madre, la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón I.

– El collar de esmeraldas tiene 32 esmeraldas y mil 138 diamantes, según indica el Louvre en su página web.

El collar de esmeraldas fue adquirió en 2004 gracias al fondo del Patrimonio y a la Sociedad de Amigos del Louvre.
El collar de esmeraldas fue adquirió en 2004 gracias al fondo del Patrimonio y a la Sociedad de Amigos del Louvre.

ADQUISICIONES RECIENTES

– A pesar de su antigüedad, la mayoría de estas joyas llegaron al Louvre en las últimas décadas.

– De las ocho piezas robadas, siete se adquirieron desde 1985, incluidas dos que se vendieron en la subasta de las joyas de la corona de 1887

La Policía vigilaba este lunes frente al Museo de Louvre.
La Policía vigilaba este lunes frente al Museo de Louvre.

– El conjunto de esmeraldas se adquirió en 2004 gracias al fondo del Patrimonio y a la Sociedad de Amigos del Louvre.

– El collar de zafiros de María Amelia se adquirió en 1985, y la diadema de la emperatriz Eugenia y su gran broche pasaron a ser propiedad del museo en 1992 y 2008.

INVENDIBLES

– Son joyas de un «valor patrimonial inestimable», según el Ministerio de Cultura.

«Son inestimables desde el punto de vista patrimonial. Sin embargo, su precio es perfectamente estimable».

Didier Rykner, Director de La Tribune de l’Art

– Recientemente adquiridas por la pinacoteca, su precio está totalmente documentado.

– «El término adecuado es invendibles», precisa Meylan. De hecho, revender estas joyas catalogadas y perfectamente identificadas en su estado actual es imposible, precisa.

Broche o lazo de corpiño con diamantes, otra de las piezas robadas.
Broche o lazo de corpiño con diamantes, otra de las piezas robadas.

EN RIESGO DE PERDERSE

– En este contexto, los expertos alertan sobre el riesgo de fragmentación de estas obras históricas, cuyas piedras y perlas podrían ser desmontadas y reutilizadas para fabricar otras joyas