La doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM, consideró que su uso debería ser obligatorio.
Si el 90 por ciento de la población portara el cubrebocas siempre que sale de casa, el número de contagios disminuiría hasta en un 60 por ciento, asegura la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la UNAM.
Por esa razón, de acuerdo con la doctora en ciencias médicas, con especialización en microbiología, debería ser obligatorio el uso de cubrebocas, incluso con penas de multa o hasta de cárcel, ya que no sólo es para protegerse a sí mismo, sino, sobre todo, es para proteger a los demás en el caso de uno ser asintomático.
“Esto salvaría una cantidad enorme de vidas”, pone énfasis la especialista en conversación con El Financiero.
Para la doctora egresada de la Universidad de Harvard, las autoridades de salud federales deben no sólo centrar sus esfuerzos en acciones de mitigación, sino, sobre todo, de contención, es decir, detectar y aislar a los asintomáticos que representan el 40 por ciento de los contagios, mediante la aplicación masiva de pruebas y así cortar las cadenas de propagación.
Además, agrega, se debe dar “atención médica temprana” a los contagiados, mediante pruebas de oximetría y, al presentar disminución de oxígeno en sangre, mediante medicamentos anticoagulantes y antiinflamatorios, para evitar no sólo que sean hospitalizadas, sino incluso que fallezcan.
Sin embargo, el gobierno federal, en lugar de “atención médica temprana”, recomienda a quienes tienen síntomas quedarse en su casa y sólo acudir al hospital en caso de tener problemas para respirar: “Pienso que es una actitud criminal. No creo que sea una actitud que se hace con dolo, pero resulta criminal”.
Considera que, si el gobierno federal no pone en marcha medidas de contención, se avizora un escenario “catastrófico”, ya que, de acuerdo con las proyecciones “machine learning” realizadas por el científico Youyang Gu, egresado del Massachusetts Institute of Technology, el número de fallecidos continuarán aumentando:
“En esta proyección (se registrarán) más o menos 110 mil muertos para el 1 de noviembre. Si eso lo multiplicamos por tres, si ése es el cálculo del subregistro, entonces estamos hablando de casi 350 mil personas muertas para el 1 de noviembre. Es una catástrofe.”
Así, opina que la actuación del gobierno ante la pandemia, centrada en la mitigación y no en la contención, ha sido no sólo “negligente”, sino incluso “criminal”, ya que hay proyecciones de 350 mil muertes.
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