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Melbourne comienza toque de queda de seis semanas para frenar casos de Covid-19

Melbourne comienza toque de queda de seis semanas para frenar casos de Covid-19

La segunda mayor ciudad de Australia comenzó un toque de queda de seis semanas y Filipinas volvió a establecer un confinamiento por rebrotes del nuevo coronavirus, del cual se han contagiado ya 18 millones de personas en todo el mundo.


Melbourne, la segunda mayor ciudad de Australia, comenzó un toque de queda de seis semanas y Filipinas volvió a establecer un confinamiento por rebrotes del nuevo coronavirus, del cual se han contagiado ya 18 millones de personas en todo el mundo.

La propagación del virus, por el que han muerto hasta el momento cerca de 700,000 personas, se está acelerando, seis meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la emergencia mundial.

Europa, con 210,576 muertos y 3 millones 196,370 casos, es la región más devastada por el Covid-19, seguida de América Latina y el Caribe, que suma más de 201,000 fallecidos y supera los 4.9 millones de contagiados.

En Estados Unidos, una asesora de la Casa Blanca advirtió que la enfermedad estaba «extraordinariamente extendida» en el país, el más castigado por la pandemia, con 4.6 millones de casos y unos 155,000 decesos.

Mientras tanto, varios países que hasta ahora parecían haber controlado la epidemia están sufriendo repuntes preocupantes.

Es el caso de Australia, donde se han introducido nuevas restricciones en el estado de Victoria, a pesar de las duras consecuencias económicas que esto conlleva.

El primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews, dijo que la mayoría de los negocios y empresas deberán cerrar a partir de la medianoche del miércoles. Supermercados, farmacias y despachos de bebidas sin embargo podrán permanecer abiertos.

«Es desgarrador tener que cerrar los lugares de trabajo» pero «es lo que hay que hacer para frenar el avance de este virus salvajemente contagioso, de este virus mortal», declaró Andrews en una conferencia de prensa.

Estas seis semanas son absolutamente críticas», agregó.

Algunos sectores, como el de producción cárnica o el de la construcción, deberán reducir sus operaciones a partir del viernes.

Las oficinas públicas también cerrarán sus puertas, se indicó.

El gobierno estima que esas medidas evitarán que un millón de personas concurran a sus puestos de trabajos.

El domingo las autoridades ya habían impuesto un toque de queda nocturno en Melbourne, donde los habitantes no tienen derecho a desplazarse a más de cinco kilómetros de sus casas.

Los habitantes de Melbourne deben quedarse en casa de las 20:00 horas a las 05:00 hasta el 13 de septiembre.

Sólo las personas que ejercen funciones esenciales, el personal sanitario y las personas que van a los hospitales pueden salir de su domicilio durante la noche.

Los que no respetan el toque de queda son pasibles de una multa de 1,652 dólares australianos (unos 1,175 dólares).

Desde el comienzo de la pandemia, Australia, de 25 millones de habitantes, registró 18,000 casos de Covid-19, de los cuales 221 mortales.

Las medidas incluyen un toque de queda nocturno en Melbourne durante las próximas seis semanas, y el cierre de los negocios y empresas no esenciales, así como una prohibición de bodas.

Es duro, especialmente sabiendo que en otras partes del país la gente es bastante libre de salir y [disfrutar] de una vida prácticamente normal», declaró Tracy Skilling, de 42 años, que administra un café en Melbourne.

La ciudad había continuado registrando cientos de nuevos casos diarios, cuando en otros estados del país se documentaban muy pocos.

Filipinas, por su parte, anunció un nuevo confinamiento durante dos semanas para más 27 millones de personas, incluido en la capital Manila, después de que los contagios se hayan multiplicado por cinco, superando los 100,000.

La OMS advirtió que los efectos de la crisis «se sentirán durante décadas» y que es probable que la pandemia se prolongue.

‘Extraordinariamente extendido’
En América Latina y el Caribe la pandemia tampoco cesa.

Brasil con 94,104 muertos por Covid-19 y México con 47,746 decesos son los países más afectados de la región, seguidos de Perú (19,614), Colombia (10,650) y Chile (9,608).

Argentina, que el domingo anunció que había superado los 200,000 casos de Covid-19, prohibió las reuniones sociales a partir de este lunes en todo el país de 44 millones de habitantes, que ya registra 3,648 fallecidos.

Ante el aumento de contagios y el temor a saturar los hospitales, las autoridades habían suspendido la flexibilización paulatina del confinamiento, que estaba previsto este lunes en Buenos Aires y su periferia.

Bolivia, con más de 80,000 casos y 3,153 fallecidos, dio por terminado el domingo el año escolar, que debía extenderse hasta diciembre.

El Salvador, por su parte, ratificó un préstamo por 250 millones de dólares contraído con el Banco Interamericano de Desarrollo para luchar contra la enfermedad.

Pues, más allá del coste humano, la pandemia ha provocado un hundimiento de la economía mundial, del PIB de la zona euro y ha llevado a la recesión a Estados Unidos, donde decenas de millones de personas han perdido sus empleos.

Estados Unidos entró en una «nueva fase» de la epidemia, consideró una asesora de la Casa Blanca.

«Lo que vemos ahora es distinto a lo de marzo y abril», dijo Deborah Brix, que dirige el grupo de trabajo sobre el virus de la presidencia estadounidense. El virus «está extraordinariamente extendido», advirtió.

En este contexto, numerosos países están inmersos en una carrera mundial por encontrar una vacuna contra la covid-19. Sin un tratamiento se reducen las posibilidades para contenerla y para detener las consecuencias económicas y las restricciones, impopulares en muchos lugares.

Varias protestas surgieron en países de prácticamente cada continente, donde los gobiernos enfrentan presiones de diferentes sectores de la sociedad y políticos.

En Alemania, por ejemplo, miles de personas protestaron en Berlín durante el fin de semana.

Este lunes, unos 150,000 niños del norte del país fueron los primeros en volver al colegio en Europa tras las vacaciones de verano, con la obligación de respetar diferentes medidas de seguridad.

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