
La actriz Irma Serrano falleció a los 89 años en su natal Tuxtla Gutiérrez. Tuvo una vida de película rodada en la farándula, la política y la sociedad. A la también cantante y modelo se le atribuye, entre otras cosas, haber sido amante del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz. Se decía que se mostraba orgullosa con su vida siendo la otra.
Desarrolló carrera en música, cine, teatro, modelaje y política, donde incursionó en 1991 como candidata a senadora por el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional. En 1994 fue elegida senadora de Chiapas durante la 56 Legislatura y continuó en ese cargo hasta el siguiente periodo legislativo, de 1997 a 2000, durante el cual se integró al PRD. Se le recuerda denunciando aspectos como el machismo imperante en la cámara alta. Lo hacía, como toda una dama, según se escuchó en los pasillos del Senado, donde contrastaron su conducta con la de las actuales legisladoras Xóchitl Gálvez o Lilly Téllez.
Ella, con argumentos, decía lo que pensaba. Basta recordar el encontronazo en una entrevista televisiva con Joaquín López Dóriga, comunicador a quien en vivo tildó de ser un priísta.
Murió en un hospital privado. Los últimos 13 años los pasó en la capital chiapaneca reposando y al lado de su familia; viajando a Comitán y la Ciudad de México. Ella y su hamaca eran uno mismo, aseveró su sobrino nieto.
Irma Consuelo Cielo Serrano Castro era la menor de tres hermanos, Mario y Yolanda, así como prima de Rosario Castellanos, figura de la cultura en México. Se ufanaba de su lazo de sangre con el médico y político liberal Belisario Domínguez. De familia de letras, su padre era Santiago Chanti Serrano, periodista, impresor, escritor y poeta. Su madre fue María Castro Domínguez, rica propietaria de varias haciendas en Chiapas.
Desde pequeña mostró gusto por el canto. Se enfocó en el género ranchero, y a los 14 años dejó su estado para trasladarse a la capital del país, donde vivió con su prima Rosario, quien le abrió la puerta a un mundo intelectual. Buscó trabajo de periodista, pero su belleza la llevaría a estar frente a las cámaras. Su vena de cantante la hizo debutar siendo adolescente, etapa en la que se hizo amante del político y entonces gobernador de Veracruz, Fernando Casas Alemán, de quien se dice hizo que a ella le dieran un contrato con Columbia Records, donde la catapultaron sencillos como Canción para un preso y Nada gano con quererte. Destacó por su gusto de posar desnuda. Fue retratada en dos ocasiones por Diego Rivera y en 1961 debutó como actriz en la cinta Santo contra los zombies, dirigida por Benito Alazraki.
En cine también fue dirigida por Francisco del Villar en El monasterio de los buitres. René Cardona Jr la incluyó en La Martina (1972), donde la actriz escribió el guión junto con Rafael García Travesí. Apareció en La Tigresa (1973) producida por Roberto Rodríguez, así como El Santo y el águila real, de Alfredo B. Crevenna. También participó en Tiburoneros, Gabino Barrera, El zurdo, La conquista de El Dorado, Los sheriffs de la frontera y El hijo de Gabino Barrera. También llevó al cine Naná, que se estrenó en 1985 y fue dirigida primero por Rafael Baledón y luego por José Bolaños. La Tigresa es protagonista de los libros Sin pelos en la lengua y Una loca en la polaca (escritos por Elisa Robledo).